Ammolita
680,00 €
Sistema: Cretácico.
Formación: Bearpaw.
Procedencia: Lethbridge, Alberta, Canadá.
Medidas: 5,8 cm x 5,4 cm
La caja está incluida en el precio.
La ammolita es una gema orgánica rara y valiosa que se encuentra principalmente en las laderas del este de las Montañas Rocosas de los Estados Unidos y Canadá. Está formada por las conchas fosilizadas de los ammonites, constituidos principalmente por aragonito, el mismo mineral del que están formados las perlas nacaradas.
La composición química de la ammolita es variable, y además del aragonito puede incluir calcita, sílice, pirita y otros minerales. La concha en sí misma puede contener algunos elementos a nivel de traza, entre ellos aluminio, bario, cromo, cobre, hierro, magnesio…
Las mejores muestras presentan un juego de color iridiscente opalino, con tonos verdes y rojos; de todas formas pueden presentarse todos los colores del espectro visible. La iridiscencia se debe a la microestructura del aragonito: al contrario que muchas otras gemas, cuyos colores provienen de la refracción de la luz, en la ammolita sus colores provienen de la interferencia de la luz que rebota en alguna de sus muchas capas de material apiladas que forman el aragonito. A mayor espesor, los colores son más rojizos y verdosos, y con menores espesores predominan los azules y los violetas. Los rojos y los verdes son los colores que se presentan más frecuentemente, debido a que los espesores finos son más frágiles y por tanto menos frecuentes. Recién minadas, los colores no son especialmente llamativos; estos aparecen tras un proceso de pulido y otros tratamientos, los cuales muestran la ammolita en todo su esplendor.
La ammolita en sí misma es una delgada capa, de unos 0,5-0,8 mm de espesor.
La ammolita proviene de las conchas fósiles de ammonites en forma de disco del Cretácico superior, típicamente las especies Placenticeras meeki y Placenticeras intercalare, y en menor grado de los baculites Baculites compressus.
Los ammonites que han dado lugar a la ammolita habitaron los mares internos subtropicales que bordeaban las Montañas Rocosas, cuando dicho mar desapareció, los ammonites fueron sepultados y comprimidos bajo capas de sedimento bentónico. Este sedimento conservó el aragonito de las conchas, impidiendo su transformación en calcita. Mediante diagénesis, dichas conchas se impregnaron de elementos traza presentes en los sedimentos, mayoritariamente hierro y magnesio, los cuales le dan a la ammolita su predominancia de colores verdes.
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